RELATOS
Sierra Nevada de Santa Marta
Testimonios de Bienestar
En Tzamana Wellness Retreat, abrazamos la espiritualidad como un camino personal de consciencia, auto conocimiento y búsqueda de una paz interior.
Nuestras Experiencias de Bienestar se caracterizan por la libertad de culto (sin connotación religiosa) pues creemos en la exploración individual sin restricciones dogmáticas.

La majestuosa Sierra Nevada de Santa Marta se ha grabado profundamente en mi alma, convirtiéndose en un lugar que atesoraré siempre y al que, sin duda alguna, regresaré.
Este rincón me brindó experiencias maravillosas, incomparables y singulares.
Su diversidad abrumadora, ya sea en su música, arte, cultura, gastronomía, naturaleza o en la generosidad de sus anfitriones, lo convierten en un espacio extraordinariamente peculiar en nuestro planeta.
Cada aspecto de este lugar se entrelaza para crear una experiencia única e inolvidable que se quedará conmigo para siempre.

Los atardeceres en la imponente Sierra Nevada de Santa Marta son una verdadera maravilla.
Es un momento mágico cuando los rayos dorados del sol atraviesan las copas de los árboles, creando sensaciones extraordinarias que conectan con lo profundo.
Este territorio ancestral evoca una grandeza única, una experiencia que trasciende el tiempo y nos sumerge en la majestuosidad de un lugar único.

Explorando las montañas, nos sumergimos en un espectáculo natural: avistamos un sinfín de aves, desde las imponentes águilas hasta los diminutos y ágiles colibríes.
Esta vivencia se convirtió en una experiencia verdaderamente fascinante, una conexión íntima con la diversidad y la belleza de la naturaleza que, sin duda, se mantendrá como un tesoro en mi memoria.

En nuestro retiro de las montañas, contemplamos el esplendor del firmamento, descubriendo una inmensidad estelar que desconocía.
La bóveda celeste se desplegaba ante nosotros, revelando un sinfín de estrellas en un espectáculo nocturno sin igual.
Fue una oportunidad única para explorar la fotografía nocturna, capturando la magia y la inmensidad del cielo que nos rodea.

Las vivencias que experimentamos son difíciles de relatar: los atardeceres y amaneceres, el canto de las aves, la luz y los matices en los colores del cielo, todo contribuyó a una introspección profunda y a la contemplación del ser.
En un instante, dejé de sentirme como turista y tomé conciencia de ser habitante de este planeta maravilloso, sumergiéndome en una conexión directa con el mundo que habitamos.

Durante las últimas noches de mi visita, fuimos bendecidos con la presencia imponente de una gran luna llena que iluminaba el paisaje nocturno con una intensidad sorprendente.
Bajo su resplandor, el bosque se revelaba en toda su magnificencia, nos permitió explorar sin ayuda de una linterna.
Esta vivencia fue una experiencia mágica, sumergidos en la serenidad y la belleza de un entorno natural, que nos ofreció una conexión única con la noche y la luz radiante de la luna.

Felipe, nuestro excepcional guía, no solo posee una vasta experiencia, sino también un talento innato como fotógrafo.
Bajo su asesoramiento, exploramos la fascinante técnica de la fotografía nocturna y la pintura con luz, lo que resultó ser un momento extraordinario.
Gracias a sus enseñanzas, pudimos sacar el máximo provecho y mejorar nuestras habilidades con los dispositivos fotográficos, que nos permitió transformar esos instantes en experiencias únicas y especiales.

Entre septiembre y octubre, tuvimos la oportunidad de contemplar el centro galáctico, guiados por Felipe, nuestro experto guía, quien nos brindó la posibilidad de capturar este fenómeno en fotografía.
Fue una experiencia completamente nueva para nosotros, permitiéndonos adentrarnos en el conocimiento de la bóveda celeste, comprender el mapa del cielo nocturno y explorar los secretos de la fotografía nocturna en un aprendizaje que enriqueció nuestra conexión con el universo.

Fue un momento extraordinario poder interactuar con los lugareños: campesinos y pescadores que basan su existencia en los frutos de la Tierra.
Este lugar maravilloso está habitado por personas amables, hospitalarias y sumamente generosas, dispuestas a compartir su cultura y conocimiento de manera excepcional.
La oportunidad de conectar con ellos enriqueció nuestra experiencia, brindándonos una perspectiva única sobre la vida en armonía con la naturaleza y la comunidad.

La riqueza de especies animales y vegetales que tuvimos la fortuna de observar era simplemente abrumadora; cada rincón rebosaba de vida en una maravillosa diversidad.
Este lugar se erige como un verdadero santuario de biodiversidad, donde la naturaleza despliega su máxima expresión.
Es evidente que la vida aquí se despliega en su máxima exuberancia, brindando un espacio para cada ser vivo para prosperar y desarrollarse en armonía con su entorno.

Experimentar la cosecha de frutas y vegetales cultivados de manera orgánica y natural resultó ser una sorpresa inigualable.
Este lugar rebosa abundancia y preservar un equilibrio perfecto en su ecosistema, lo que lo convierte en un terreno de una fertilidad excepcional.
Es evidente que aquí se valora y se respeta la naturaleza, permitiendo que la tierra produzca de manera generosa y sostenible.

En este lugar sagrado, los minerales se manifiestan en toda su diversidad: piedras de diferentes composiciones, tamaños y colores nos reciben con una bienvenida húmeda.
Este espacio parece existir fuera del tiempo convencional, donde cada piedra cuenta una historia distinta y es parte integral de este entorno especial, revelando la magia de un lugar donde la naturaleza y el tiempo se entrelazan de manera asombrosa.

Explorar las cascadas y pozos a lo largo de nuestro recorrido por el río nos brindó la oportunidad de sumergirnos en aguas cristalinas de manantial.
Estos lugares no solo nos ofrecieron la posibilidad de revitalizarnos, sino también de encontrar un descanso incomparable.
Son espacios que permiten desconectar y renovarse en un entorno natural.

Mientras transitábamos por la troncal del Caribe y cruzábamos el puente sobre el río Palomino, quedamos maravillados al divisar los imponentes picos nevados de la Sierra Nevada de Santa Marta.
Fue una vista excepcional de este lugar sagrado, único en el planeta.
Este rincón se distingue por ser el único dentro de la franja tropical que se extiende desde el mar Caribe hasta las cumbres perpetuamente nevadas.
Es un paisaje que asombra por su singularidad y belleza.

Las piscinas naturales que descubrimos a lo largo del río parecían pertenecer a otro mundo, un lugar completamente intacto y en armonía con la madre naturaleza.
Sus aguas cristalinas de manantial y las imponentes rocas nos rodeaban, brindándonos una sensación acogedora y permitiéndonos conectar con recuerdos primigenios, evocando memorias del origen mismo de la naturaleza.

La Sierra Nevada de Santa Marta es mucho más que un paisaje imponente; es un lugar sagrado impregnado de memorias milenarias que se entrelazan con los hilos del origen.
Estos recuerdos ancestrales, llenos de significado y sabiduría, nos invitan a reflexionar sobre nuestra identidad y origen, llevándonos a recordar no solo quiénes somos, sino también de dónde venimos.
Esta conexión profunda con la historia arraigada en este lugar nos permite explorar nuestras raíces y comprender la trascendencia de esta montaña única en su esencia y significado.

Después de una caminata de alrededor de 25 minutos por la extensa playa en las cercanías de Palomino, en el Departamento de La Guajira, Colombia.
Llegamos a la desembocadura del río que lleva su mismo nombre, un lugar que irradia majestuosidad y grandeza.
Llegados a este punto, se despliega ante nuestros ojos la imponente silueta de la Sierra Nevada de Santa Marta, una vista que trascendió y trasciende lo terrenal, revelando la belleza y la sacralidad de estas tierras.